¿Estáis buscando algún lugar increíble, poco conocido y cerca de Zaragoza para iros de excursión? Pues tenemos una propuesta estupenda para vosotros: irnos al valle del Ribota, un pequeño río que desemboca en el Jalón al lado de Calatayud. Hay allí tres pequeños pueblos que tienen tres iglesias maravillosas. Perdón, MARAVILLOSAS. Yo aún diría más: ¡¡¡MA-RA-VI-LLO-SAS!!! Son tres iglesias mudéjares únicas, que no se parecen a ninguna otra: la Virgen del Castillo en Aniñón, Santa Tecla en Cervera de la Cañada (declarada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad) y San Félix en Torralba de Ribota. Y aún hay más, porque por la tarde daremos una vuelta por Calatayud y podremos subir a la torre de Santa María (la torre mudéjar más alta que se conserva), abierta recientemente.
Saliendo de Calatayud en dirección a Soria nos encontramos con el espectacular paisaje de la sierra de Armantes, con formaciones geológicas tan impresionantes como los llamados “castillos de Armantes“, que se ven en la fotografía. Y allí, prácticamente juntos, en medio de un paisaje que ha cambiado muy poco desde el siglo XIV, hay tres pueblos con tres iglesias mudéjares… ¿Cómo lo diría yo? Fuera de lo común. La primera vez que las vi me produjeron una impresión de la que todavía no me he recuperado. Cada una es especial por algo, pero las tres son espectaculares, únicas, increíblemente bien conservadas… se me acaban los adjetivos, de verdad.
Empezamos por el principio, y nos vamos a Aniñón. El muro de la parroquieta de la Seo y la fachada de la iglesia de Aniñón son, probablemente, los dos mejores exteriores mudéjares de Aragón. ¿Queréis verla? Pues aquí la tenéis, restaurada hace pocos años e impresionante.
Impresionante por fuera, e impresionante por dentro. El interior es posterior, ya del Renacimiento, y espléndido, con uno de los retablos más finos y elegantes que yo he visto y una capilla barroca dedicada al Santísimo Misterio (ya os contaré en la excursión qué es eso exactamente) como para perder el sentío, que diría una folclórica.
Esto respecto a Aniñón, pero si pasamos a Cervera de la Cañada las sorpresas continúan. De las tres iglesias que vamos a ver hoy, ésta es una de las que la UNESCO destacó cuando declaró el conjunto del mudéjar aragonés Patrimonio de la Humanidad, y desde luego que se lo merece. Es pequeña, con un exterior austero y no muy llamativo, pero en cuanto traspasamos la puerta… entramos en un mundo completamente inesperado y lleno de color. Estamos acostumbrados a que los colores que recubrían los edificios hayan desaparecido (la pintura es lo más frágil, y raramente soporta el paso del tiempo), con lo que los vemos en blanco y negro. Pues preparaos, porque esto es otra historia. Aquí y en la iglesia de Torralba sí que se han conservado, y son maravillosos. Perdón: MARAVILLOSOS.
Es muy raro encontrar algo así, y por eso estas iglesias son tan excepcionales. En la mayoría esta decoración ha desaparecido completamente, o en otras épocas, cuando cambiaron los gustos, se cubrió por otra mucho más sencilla y uniforme. Poder entrar en una iglesia tan pequeña como la de Cervera y encontrarse dentro esta explosión de color cubriendo los muros y las bóvedas es algo que produce una impresión inigualable. Un lujazo, de verdad.
Y nos vamos a la tercera, que no tiene absolutamente nada que envidiar a las dos anteriores: San Félix, en Torralba de Ribota. El exterior recuerda a una fortaleza, pero es que estamos en tierra de frontera, de luchas entre Aragón y Castilla, y viendo esta iglesia eso queda clarísimo.
Por fuera, austera, casi militar. Por dentro, amplia, llena de color, lujosa, bellísima, única. No hay otra iglesia como ésta, de eso no me cabe ninguna duda.
Por la tarde, después de comer, nos iremos a Calatayud, donde podremos descubrir tres de las sorpresas de la colegiata de Santa María: su maravillosa portada (la iglesia está en obras), su claustro y la torre, de nada menos que 70 metros de altura. Solo hubo una torre mudéjar más alta que esta, la Torre Nueva de Zaragoza, pero desde su demolición a finales del siglo XIX el título paso a esta maravilla de Calatayud.
Como ya nos conocéis sabéis que no somos gente tibia, y lo que nos gusta nos gusta con pasión. Pues eso precisamente es lo que sentimos por estas maravillosas iglesias: auténtica pasión. Y queremos compartirla con vosotros, porque estamos seguros de que también os van a enamorar. Por eso os proponemos irnos juntos a descubrirlas. ¿Os apetece el plan?
Cuándo – Sábado 4 de febrero a las 8’30
Dónde – Paseo de Echegaray y Caballero, detrás del Pilar
Precio – 50 € por persona. Incluye:
Reservas – Llamando al 976207363 o entrando Aquí
Calle San Agustín 27-29, 50002 Zaragoza
Teléfono 976 20 73 63
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¿teneis previstas otras fechas? no puedo ese fin de semana y me encantaría ver las iglesias con vosotros
Hola, Ana
Perdona por tardar tanto en responderte, pero no me había dado cuenta de tu comentario. En principio no tenemos previstas otras fechas de momento, porque ya acorta demasiado el día, pero solemos hacer esta excursión una vez al año.
Carlos
[…] tres iglesias mudéjares únicas, que no se parecen a ninguna otra. Para saber más entrad aquí, y para reservar llamadnos al 976207363 o entrad […]
[…] Más información entrando aquí […]
Quería dos plazas `para el 27, es posible quedar en reserva??
Hola, Maripaz. Perdona por no haberte contestado antes, no había visto el comentario. Si quieres que te pongamos en lista de espera para el día 27 envíanos un correo con tu nombre, número de personas y número de teléfono a educacion@gozarte.net, o pásamelo por aquí.
Un saludo y gracias por tu interés
Carlos Millán
Ayer 27 de junio fue una sorpresa detrás de otra. Primero descubrir la iglesia de Cervera de la Canadá con un mudéjar antiquísimo y muy bien conservado. Llegar a Aniñon y visitar su iglesia me lleno de alegría por su retablo y su capilla barroca totalmente asombrada de su riqueza expresiva llena se luz y color, para finalizar el recorrido llegamos a Torralba de Ribota no imaginaba lo que iba a encontrar allí me sentí llena de emoción y privilegiada por contemplar esta pequeña joya mudéjar. Es maravilloso que se haya conservado hasta ahora con todo su esplendor y originalidad.
Gracias a l@s que lo han hecho posible.
Ha sido una excursión estupenda y aunque el calor era agobiante mereció la pena
¡¡¡Me alegro muchísimo de que te gustara!!! Y muchas gracias por contárnoslo, de verdad.