Descripción
La Rioja es un territorio lleno de sorpresas, y hoy vamos a descubrir algunas de ellas, porque empezaremos conociendo algo que puede ser completamente inesperado. ¿A qué os suena eso de “troglodita”? Supongo que a muchos nos vendrán a la cabeza los Picapiedra y sus amigos, y en realidad no estaremos muy perdidos, porque al fin y al cabo su significado es “que vive en las cavernas”.
Seguramente nos vendrán a la cabeza cuevas “naturales”, oquedades en la roca que han surgido por cualquier tipo de fenómeno geológico, pero en realidad las cuevas que vamos a visitar han sido hechas por el hombre. En el valle medio del Cidacos hay toda una serie de cortados de materiales blandos y fáciles de tallar, en los que se han ido excavando las cuevas que se han ido convirtiendo en una de las señas de identidad de ARNEDO. A lo largo de los siglos se han ido abriendo centenares, aprovechando al máximo todos los cerros y barrancos que rodean la localidad. Podemos encontrar una gran diversidad de formas, tamaños, utilidades y épocas. Entre ellas podemos encontrar viviendas, lugares de culto e incluso monasterios. Todo eso podremos verlo en la CUEVA DE LOS CIEN PILARES.
Seguramente estas cuevas aparecieron a finales del siglo III d.C., cuando mucha gente huyó de las ciudades por la inseguridad que provocaron las primeras invasiones bárbaras. En esta zona las cuevas se convertirían en refugio de una población que vivía con miedo permanente, convirtiéndose en un lugar seguro y, probablemente de forma simultánea, en refugios de eremitas que, siguiendo la tradición nacida en Oriente, buscaban a Dios alejándose del mundo.
¿Sabíais que Arnedo llegó a tener más de 200 viviendas de este tipo? Pues sí, y en la visita a la Cueva de los 100 Pilares descubriremos todo este mundo subterráneo, asomándonos a miradores de la localidad, a un antiguo depósito de agua… ¡¡¡Un lugar espectacular!!!
Al terminar nos trasladaremos a ALFARO, en cuya colegiata vive la mayor colección de cigüeñas del mundo, unas 400 en un sólo edificio. Hitchcock se hubiera vuelto loco si la hubiera visto, pero tranquilos: son pacíficas. El hecho de que se concentren tantas aquí se debe a la abundancia de alimento que encuentra esta especie en la Reserva Natural de los Sotos, un paraje de unas 476 hectáreas donde encuentran gran cantidad y variedad de sustento, material para construir sus nidos y agua en abundancia. En cualquier caso a lo mejor os está viniendo a la cabeza aquello de que “Por san Blas, la cigüeña verás”, porque lo normal es que se vayan a pasar el invierno a tierras más cálidas (a Senegal, recorriendo 3.000 kilómetros en tan sólo quince días) y vuelvan a sus nidos a finales del invierno cuando cada pareja (son fieles, por cierto) buscará su mismo nido para volver a criar a sus cigoñinos.
Comeremos (incluido) y nos iremos a pasar la tarde a CORELLA, el segundo municipio más poblado de la ribera de Navarra después de Tudela. Y no sólo eso, uno de los lugares en los que conservamos más y mejores ejemplos del Barroco en la comunidad vecina. ¿Queréis un ejemplo? Pues os dejo una imagen de la “Casa de las cadenas”, que fue reproducida en el Pueblo Español de Barcelona.
Lo de las cadenas viene por las que mandó colocar sobre la puerta Felipe V, simbolizando el derecho de asilo de la casa. El monarca estuvo aquí más de una vez, especialmente una estancia de casi cinco meses con su primera mujer, María Luisa Gabriela de Saboya, por la fama curativa de los ajos de la zona (como era previsible no le sirvieron de gran cosa y murió de la tuberculosis que tenía, que por entonces era incurable). Tiempo después volvería a alojarse el rey, esta vez con su segunda mujer, la tremenda Isabel de Farnesio.
Empezaremos la visita por el CONVENTO DE LAS BENEDICTINAS, con su MUSEO DE ARTE SACRO, con obras del gran Claudio Coello (la figura más importante de la escuela madrileña del Barroco), de Corrado Giaquinto (uno de los grandes del siglo XVIII italiano, que pasó un tiempo en España e influyó mucho en Goya)…
Continuaremos el recorrido viendo el exterior de algunas de las casas del Barroco y llegaremos a la IGLESIA DE SAN MIGUEL, una magnífica construcción barroca con espectaculares retablos, pinturas murales, decoraciones de todo tipo…
Al acabar, volveremos a Zaragoza.
Cuándo – Sábado 15 de junio , a las 7:30
Dónde – Paseo de María Agustín, 20, delante del Museo Pablo Serrano
Precio – 72 € (jubilados y mayores de 65 años, 69 €; niños menores de 12 años, 66 €). TODO INCLUIDO: autobús, guía acompañante, comida, todas las entradas, todas las visitas guiadas