¿Sabíais que en Zaragoza hay un Cristo condecorado? Pues sí, porque el Cristo de la Cama, la imagen más importante de la Semana Santa zaragozana, es ni más ni menos que héroe de los Sitios. Antonio Maura, presidente del Consejo de Ministros por aquel entonces, se la entregó el 15 de junio de 1909, 101 años justos después de que empezara el primer Sitio, en plena celebración del primer centenario.
La medalla vino con su correspondiente “Certificado para usar la Medalla de Oro conmemorativa del Primer Centenario de Los Sitios de Zaragoza a favor del santísimo Cristo de la Cama de la Real Hermandad de la Preciosa Sangre de Cristo de Zaragoza“. Ahora bien, ¿por qué le dieron una medalla? Es relativamente habitual condecorar a las imágenes, y de hecho unos meses antes la Virgen del Pilar fue nombrada Capitán General, pero el caso de este Cristo es muy, muy particular, hasta el punto de que se le pueda considerar un héroe de guerra.
Vamos a viajar hasta los tiempos de la Guerra de la Independencia. El 15 de junio de 1808 los franceses llegan a Zaragoza con la intención de tomar la ciudad rápidamente, pero… aquel mismo día sufren una seria derrota en la llamada “batalla de las eras”, y en los días siguientes aquello se va a convertir en un asedio en toda regla, pues los zaragozanos defenderán la ciudad con uñas y dientes. El 2 de julio (con el episodio de Agustina de Aragón y el cañón del Portillo), el 4 de agosto… forman ya parte de la historia de nuestra ciudad, que resiste ante el asombro de Europa entera. Finalmente (y después de la derrota que sufren en Bailén) los franceses levantan el Sitio, aunque con la intención de volver. Y efectivamente, en diciembre ya están otra vez aquí dispuestos a vengar la humillación que habían sufrido ante los muros de Zaragoza y a tomarla como sea, concentrando un inmenso ejército a su alrededor. Será durante este segundo Sitio (que acaba en febrero con la capitulación de la ciudad) cuando tenga lugar el episodio que nos interesa.
¿Habéis oído hablar de María la del Cristo, o la del Santo Cristo? Pues bien, es 17 de febrero de 1809. A cuatro días de la capitulación, que será el 20, la situación de Zaragoza es desesperada (se habla de 50.000 muertos en aquellos meses, la mayoría a causa de enfermedades como el tifus). Los franceses vuelan el convento de San Francisco (que ocupaba el solar de la Plaza de España en el que ahora está el edificio de la Diputación Provincial de Zaragoza, sobre el cual hay una placa que lo recuerda) y una mujer, María Blánquez, entra entre las ruinas a rescatar de su capilla al Cristo de la Cama. Ayudada por algunos hombres consigue llevarlo hasta el palacio arzobispal y de allí el Pilar, donde se le coloca en la Santa Capilla con su mano fuera de la reja, para que la gente pueda besar la imagen, que ha recibido algunos disparos.
Así lo contó por aquellos años en sus diarios Faustino Casamayor: “Y hubo muchas voladuras de casas en el Coso, y mucha parte del convento de San Francisco; atreviéndose no obstante una mujer a entrar hasta la capilla de la Sangre de Cristo y, tomando una bandera de las cuatro que figuraban las partes del Mundo, avisó a unos hombres y pudieron sacar la efigie de Nuestro Señor en la Cama que servía para las funciones de Semana Santa, y con ella y con dos hachas marcharon a palacio, la que reverenció y adoró [Palafox], aunque en cama, y mandó se llevase con hachas y se colocase dentro de la Santa Capilla, lo que se verificó colocando la misma cama junto al rejado, frente al altar de los Santos Convertidos, en disposición que pudieran los fieles besar su mano por el rejado“.
200 años después de aquello, en febrero de 2009, se revivió aquel episodio con un acto organizado por la Muy Ilustre, Antiquísima y Real Hermandad de la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo y Madre de Dios de Misericordia, que así se llama. La Hermandad, que ya existía en el siglo XIII, tuvo su sede en diferentes conventos zaragozanos, llegando al desaparecido convento de San Francisco en el siglo XVII. Por entonces ya se dedicaba a asistir a los condenados a muerte, a la recogida de cadáveres (algo que sigue haciendo) y a la organización de la procesión del Santo Entierro en Semana Santa.
Después de los Sitios la Hermandad se instaló en la iglesia de Santa Isabel, donde sigue, y allí fue trasladado el Cristo de la Cama, el único de los pasos de su propiedad que sobrevivió a aquellos terribles meses. En los años siguientes se irían encargando otros nuevos, y a partir de los años 30 del siglo XX nacieron las diferentes cofradías filiales de la Sangre de Cristo, que se fueron haciendo cargo de los distintos pasos. Hoy cada una de ellas organiza sus procesiones propias, pero todas siguen participando en la más importante de la Semana Santa zaragozana, la del Santo Entierro, en la que el lugar de honor sigue correspondiendo al Cristo de la Cama gracias al heroísmo de María Blánquez.
Y por cierto, si queréis saber mucho más sobre esa increíble tradición que es la Semana Santa, hemos preparado estas tres excursiones:
Y si queréis saber más, aquí os dejo otros capítulos de nuestro blog:
Salamanca, el “padre putas” y el Lunes de Aguas
El entierro de Genarín en León
El besapié de Jesús de Medinaceli en Madrid
Los “picaos” de San Vicente de la Sonsierra
Sevilla y el viacrucis de la Cruz del Campo
El juego de las caras en Calzada de Calatrava
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