Descripción
Hoy nos vamos al valle alto del río Aragón, a la zona de CANFRANC y VILLANÚA, un territorio marcado por encima de todo por su situación en la FRONTERA CON FRANCIA. Eso sí, esa separación no siempre estuvo donde está ahora. En tiempos de Carlomagno, por ejemplo la frontera se llevó al sur de los Pirineos; y en tiempos de Alfonso I el Batallador y sus sucesores ocurrió justo lo contrario, muchos señores de la otra vertiente del Pirineo eran vasallos del rey de Aragón hasta que Pedro II fue a ayudarles contra los cruzados enviados por el papa y el rey de Francia, y fue derrotado y muerto en la batalla de Muret (1213). Si avanzamos un poco más, en los siglos XVI y XVII las guerras con Francia fueron casi constantes, y tanto a un lado como a otro la frontera se llenó de fortificaciones: la ciudadela de Jaca, la torre de fusileros de Canfranc o el fuerte del Portalet en el lado francés, por poner solo algún ejemplo.
En 1660 se firmó la paz de los Pirineos, que básicamente venía a decir que la frontera serían las cumbres de las montañas. ¿Ahí acabó la cosa? Pues no, porque por delante habría períodos de amistad y de guerras, aunque nosotros vamos a dar un salto en el tiempo y nos vamos hasta finales del siglo XIX, un período en el que nos llevábamos bien con la República Francesa y se decide abrir una comunicación por tren entre Zaragoza y Pau. Alfonso XII inauguró las obras y en 1928, 46 años después, su hijo Alfonso XIII inauguró la línea en la ESTACIÓN INTERNACIONAL DE CANFRANC, uno de los edificios ferroviarios más hermosos e impresionantes del mundo.
Las cosas iban a cambiar mucho con la Guerra Civil y con la Segunda Guerra Mundial, pues a partir de la ocupación de una parte de Francia por los alemanes de pronto la frontera era… ¡¡¡con los nazis!!! Que van a ser los que controlen el lado francés de la estación, entre otras cosas por su enorme interés por materiales que España les vendía, como el wolframio, a cambio de toneladas de oro. Y al mismo tiempo se va a convertir en un hervidero de espías y en un lugar por donde muchos judíos pudieron escapar (hasta 15.000 lograron escapar por aquí).
Los nazis, el oro, el espionaje… han dado lugar a libros y películas de los que hablaremos mientras visitamos este lugar excepcional que en 1970 perdió la función de estación internacional al clausurarse la línea con Francia tras la rotura del puente de L’Estanguet. Desde entonces se está intentando reabrirla.
En relación con la estación vamos a visitar, también en Canfranc, un lugar interesantísimo: A LURTE, el centro pirenaico de referencia para la gestión de riesgos de montaña. A lo mejor estáis pensando qué tiene que ver esto con lo que estamos contando, pero es que la construcción de la estación tuvo que hacer frente a todo tipo de problemas: aludes provocados por grandes nevadas, corrimientos de tierras… y eso es lo que vamos a ver aquí, cómo se solucionaron todos estos problemas transformando el paisaje de la zona..
Después comeremos (incluido) y por la tarde nos iremos a Villanúa, a la CUEVA DE LAS GÜIXAS, una de las 50 (aproximadamente) que hay bajo el macizo de Collarada. Desde la última era glaciar, hace veinticinco o treinta mil años, el agua ha creado, gota a gota, una de las cuevas más bellas del Pirineo aragonés.
Pero no sólo es la belleza natural de este lugar, sino que hombres y mujeres se refugiaron aquí desde el Neolítico, y además estas cuevas han sido también calabozo, refugio de soldados (en realidad cárcel de los presos que construían los búnkeres durante la Guerra Civil y la posterior Guerra Mundial) y, según las leyendas del lugar, escenario de aquelarres y ritos demoníacos… historias que conoceremos mientras deambulamos entre inquietantes formaciones rocosas. Se cuenta, por cierto, que las brujas hacían sus conjuros y se daban baños de luna en la “chaminera”, un gran agujero por el que entra la luz de la luna tan sólo una parte del año. ¿Se os ocurre algo más adecuado para estas fechas de Todos los Santos?
Al acabar volveremos a Zaragoza.
¿Os apetece el plan? Pues aquí os dejo el resto de la información.
CUÁNDO – Sábado 4 de noviembre a las 7’45
DÓNDE – Paseo de María Agustín, 20 (delante del Museo Pablo Serrano)
PRECIO – 68 € (jubilados y mayores de 65 años, 65 €; menores de 12 años, 62). TODO INCLUIDO: autobús, guía acompañante, comida, todas las entradas, visitas guiadas