Descripción
Hoy dejamos Aragón y nos vamos hacia el corazón de la antigua Celtiberia, tierras altas y frías en las que domina una ciudad pequeña pero imponente: SIGÜENZA. Su fundación es mucho más antigua, y el nombre probablemente tiene origen celta (puede que signifique algo así como “la que domina el valle”), pero su época de esplendor son los siglos de la Edad Media, cuando se convirtió en un señorío episcopal. El obispo era el señor de Sigüenza, y a él pertenecía el magnífico CASTILLO que corona la ciudad, hoy convertido en Parador Nacional de Turismo.
Por cierto, un castillo como Dios manda, con fantasma. Entre las torres del castillo parece que se escuchan aún los suspiros del FANTASMA DE DOÑA BLANCA, una desgraciada mujer a pesar de haber sido reina de Castilla y León. Llegó con 15 años desde la corte francesa para casarse con Pedro I el Cruel (o el Justiciero, según quien lo cuente), pero el día siguiente a la boda, aún sin consumar el matrimonio, la repudió y la dejó encerrada aquí, partiendo para reunirse en Sevilla con su amante María de Padilla. Aquí pasó cuatro años rodeada por los caballeros que la escoltaban, y después el rey mandaría trasladarla. Moriría tiempo después lejos de Sigüenza, dicen que envenenada, dicen que mandada asesinar por su marido…
Aunque hoy parezca pequeña (no llega a 5.000 habitantes) Sigüenza fue una diócesis importante, y muchos grandes personajes pasaron por aquí. El gran cardenal Mendoza, que fue conocido como “el tercer rey de España” por su poder en época de los Reyes Católicos, antes de ser arzobispo de Toledo fue obispo de Sigüenza, y muchos otros también.
Todos ellos fueron añadiendo obras extraordinarias hasta crear el conjunto de su magnífica CATEDRAL, en el que vamos a encontrar verdaderas sorpresas. La sacristía de las cabezas, por ejemplo, o el sepulcro de santa Librada (en la foto superior), dos joyas de nuestro Renacimiento. Pero por encima de todo una obra que ha llevado el nombre de Sigüenza más allá de nuestras fronteras: LA TUMBA DEL DONCEL.
¿Quién fue este caballero que ha seducido a gentes de todas las épocas, hasta el punto de considerarlo una de las mejores esculturas que hay en España? Lo conocemos, aunque no sabemos con seguridad el nombre del escultor: se llamaba MARTÍN VÁZQUEZ DE ARCE, caballero de Santiago, y murió en 1486 en plena guerra de Granada. Su padre recuperó el cuerpo y su hermano encargó esta tumba en la que todo es nuevo: la postura para empezar, pues en vez de estar tumbado y con las manos unidas, como si estuviera rezando, aparece recostado, con una pierna cruzada sobre la otra de manera elegante y casi desenfadada; además está leyendo, cuando lo habitual era que leyeran los eclesiásticos, y parece que está descansando del ejercicio de las armas, pues lleva las piernas protegidas por la armadura. Y mucho más, de lo que podremos hablar allí.
Continuaremos viendo la llamada CASA DEL DONCEL y entraremos al MUSEO DIOCESANO, donde entre otras cosas podremos disfrutar de una magnífica Inmaculada de Zurbarán.
Después de comer (incluido) nos iremos hacia ATIENZA. Desde la carretera veremos el castillo de Riba de Santiuste (una fortificación musulmana reforzada después por los obispos de Sigüenza) y haremos una breve parada en las SALINAS DE IMÓN, que durante mucho tiempo fueron las de mayor producción de toda la Península. Se explotan desde el siglo X, pero fue Alfonso VI el que se las concedió al obispado de Sigüenza, que a partir de entonces consiguió grandes beneficios de su explotación (¿cuántas obras de la catedral se pagaron con los beneficios de las salinas?). Hoy están abandonadas, pero muchas de sus infraestructuras se pueden ver todavía.
ATIENZA empezó a decaer a partir del siglo XV, pero antes había sido una villa importante. Sólo así es posible entender que, con menos de 400 habitantes en la actualidad, tenga un patrimonio tan rico.
Sería en la Baja Edad Media cuando Atienza se convirtió en un lugar de gran importancia estratégica, al estar situado cerca de la frontera con Aragón y también con los musulmanes. Era la cabeza de una comunidad de 131 aldeas en un territorio de 2.500 kilómetros cuadrados, y los reyes aprovecharon esa situación para potenciar la actividad mercantil. De esa relación de fidelidad hacia los reyes de Castilla viene su fiesta más famosa. A la muerte de su padre, Sancho “el deseado”, Alfonso VIII tenía tres años. El rey de León quiso aprovechar esa minoría de edad para intentar hacerse con el niño, que, ayudado por sus partidarios, acabó refugiándose en Atienza. Cercada la villa por tropas leonesas los habitantes de Atienza decidieron sacarle con los arrieros disfrazándole como uno de ellos. Desde entonces hasta el presente se celebra, el domingo de Pentecostés, LA CABALLADA DE ATIENZA.
Atienza llegó a contar con catorce iglesias además de un castillo, murallas y torres defensivas, pero a mediados del siglo xv su población sufrió una severa disminución, a raíz del sitio de la localidad por el condestable Álvaro de Luna. Aquello supuso la ruina de numerosos edificios, pero a pesar de todo muchos siguen pie y podremos conocer algunos de ellos. Veremos la CASA DEL CORDÓN, el conjunto de la plaza del trigo, o del mercado, y también DOS MUSEOS de arte sacro, EL DE LA TRINIDAD Y EL DE SAN GIL o EL DE SAN BARTOLOMÉ (dependiendo del que esté abierto esa tarde), con maravillas como este Cristo del Perdón de Luis Salvador Carmona, uno de los más grandes escultores del siglo XVIII.
No sé qué pensaréis, pero a nosotros nos parece un planazo. Aquí tenéis el resto de la información, y no os lo penséis mucho:
CUÁNDO – Domingo 8 de octubre a las 7’45
DÓNDE – Paseo de María Agustín, 20 (delante del museo Pablo Serrano)
PRECIO – 72 euros por persona (jubilados y mayores de 65 años, 69 €; menores de 12 años, 66€). TODO INCLUIDO: autobús, guía acompañante, comida, todas las visitas guiadas, entradas (en Sigüenza catedral, Museo diocesano y casa del doncel; en Atienza iglesia de Santiago, museo de la Trinidad, museo de San Gil o el de San Bartolomé y casa del cordón)