Aprovechando la inauguración del Museo de las momias de Quinto de Ebro nos vamos a ir muy cerca de Zaragoza, a la comarca de la Ribera Baja del Ebro, para descubrir unas cuantas sorpresas fantásticas.
Empezaremos el día junto a Velilla de Ebro, paseando por las calles de la antigua colonia romana Victrix Iulia Lepida Celsa, uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de la Hispania romana. En el 44 a.C. el cónsul Lépido fundó la primera colonia de ciudadanos romanos en el valle del Ebro. Su vida sería corta, porque hacia el 70 d.C. parece que se abandonó, fundamentalmente debido al auge de Caesaraugusta.
Solo una parte del yacimiento está excavado, pero nos servirá para hacernos a la idea de lo que fue: calles estupendamente conservadas, restos de casas que debieron ser magníficas… Eso sí, aquí hay mucho más que romanos, pues en la parte alta está la ermita de San Nicolás, donde se conserva la conocidísima campana de Velilla. ¿Por qué llegó a ser tan famosa? Pues porque era supuestamente milagrosa, ya que cada vez que ocurría una desgracia (el asesinato de San Pedro Arbués, la muerte de Fernando el Católico, el saco de Roma…) tocaba sola. ¿Por qué era capaz de hacer algo así? Pues entre otras cosas porque se contaba que se había fundido el bronce con una de las treinta monedas de Judas. Viéndola en la foto parece una inocente campana, ¿no? Pues no os fiéis, porque en cualquier momento puede volver a tocar.
Acabaremos nuestro recorrido por Velilla acercándonos hasta el río, donde podremos ver en funcionamiento un magnífico conjunto de dos norias que se han restaurado recientemente. Mediante un azud construido en el Ebro se derivaba el agua del río hacia las norias, que la elevaban hasta un acueducto que la distribuía hacia el lavadero, las acequias de riego y un molino. El conjunto es de los mejor conservados de España.
De allí nos iremos a Quinto, donde comeremos (incluido) y visitaremos el Museo de las momias donde pueden verse quince cuerpos momificados de los siglos XVIII y XIX. El proceso se produjo de forma casual, debido a una combinación excepcional de condiciones ambientales que impidieron la putrefacción y permitieron que los cuerpos se conservaran de forma extraordinaria con todo lo que llevaban puesto (ropas…). Tanto que en la información del museo nos proponen que miremos de frente al Más Allá. Tal cual.
El museo está instalado en la iglesia de la Asunción, conocida también como el Piquete, un edificio mudéjar del siglo XV que formaba parte del sistema defensivo de la localidad.
Acabaremos el día visitando la magnífica iglesia de San Miguel, en Fuentes de Ebro, uno de los mejores templos del Renacimiento aragonés en el que, entre otras muchas sorpresas, se guarda una verdadera joya: su monumento de Semana Santa, uno de los pocos que todavía se montan cada Jueves Santo.
Pues este es el plan, ^¿os animáis? Pues aquí tenéis el resto de la información:
Cuándo – Sábados 30 de junio y 14 de julio a las 9’00
Dónde – Museo Pablo Serrano (Paseo de María Agustín, 20)
Precio – 55 € por persona (bus, comida, entradas y visitas guiadas)
Reservas – Entrando aquí o llamando al 976207363
Calle San Agustín 27-29, 50002 Zaragoza
Teléfono 976 20 73 63
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