De toda la vida, a los americanos (y con esto quiero decir norteamericanos, claro) les gustan las cosas grandes. Muy grandes, a poder ser. Más grandes todavía. Yo aún diría más: las más grandes. Y claro, cuando llega la Navidad quieren tener el árbol más grande del mundo. ¿Lo consiguen? Pues no lo sé, pero lo que sí logran es que sea el más famoso, porque no hay otro más conocido que el “Rockefeller Center Christmas Tree”, o sea, el árbol de Navidad del Rockefeller Center de Nueva York.
Seguro que conocéis esta foto, la pesadilla de cualquiera que se dedique a la prevención de riesgos laborales y todas esas cosas. Pues bien, fue tomada en 1932, durante la construcción del Rockefeller Center, el proyecto privado más grande (¿qué os decía yo?) construido en el siglo XX. Los Rockefeller, que se habían forrado con el petróleo, plantearon un enorme complejo de edificios para oficinas, centro comercial y de ocio en pleno corazón de Manhattan. Llegó el crack del 29 pero ellos siguieron adelante, construyendo a lo largo de los años 30 un complejo impresionante, de lo más espectacular de Nueva York. Hoy se puede subir a la terraza del rascacielos que veis en esta foto (y que para mí es el más elegante de la ciudad), conocido como el edificio General Electric.
¿Sabéis cómo se llama la terraza? A mí me encanta el nombre: “Top of the Rock“. Ya no puede ser más sonoro, más contundente y más comercial (que es de lo que se trata en los USA, no lo olvidemos, de hacer caja y que entre mucho cash, que diría Carmen Lomana). ¿Queréis ver la vista que se tiene desde allí arriba?
Pero vamos al grano, que nos estamos desviando. El Rockefeller Center es conocido por muchas cosas: por las Rockettes del Radio City Music Hall, que está ahí mismo (y cuyo nombre viene precisamente de Rockefeller), por la famosísima pista de hielo (¿en cuántas películas la habéis visto?) y sobre todo por el árbol de Navidad, una tradición que comenzó en los años 30. ¿Queréis ver cómo?
Estamos en 1931 (un año antes de la foto de los obreros sentados en la viga), en plena Gran Depresión (todo es grande en América). Los trabajadores que están construyendo el Rockefeller Center instalaron un pino que adornaron con guirnaldas de papel y latas de conserva vacías. Dos años después ya se hizo un “encendido” oficial, y en 1951 comenzó a retransmitirse por televisión. Hoy es un fiestón, con cientos de miles de personas y famosos, famosillos y famosuelos (hace algunos años, por ejemplo, estuvieron allí Justin Bieber para las adolescentes, y Michael Bublé para las personas con gusto musical) que actúan junto a las Rockettes, que son las verdaderas protagonistas de la fiesta. ¿Las habéis visto alguna vez? Pues dadle a play y disfrutadlas. ¿Habéis visto alguna vez algo más perfecto? ¿Cuántos miles de horas de ensayos tiene que haber detrás de esas piernas que se levantan a la vez?
https://www.youtube.com/watch?v=Ow06pA7OEUU
A lo mejor nosotros, con nuestro complejo de europeos, pensamos que 78 años no son nada, y que los americanos no necesitan mucho para convertir algo en una tradición “de toda la vida”. Pobrecillos, no tienen historia, y todas esas cosas que tanto nos gusta decir. Pues bien: nuestra multitudinaria Ofrenda de Flores, absolutamente tradicional, entrañable y muchísimas cosas más… aún no ha llegado a los sesenta, así que esta vez también ellos se llevan el “más” (más antiguo, pero en cuanto a la gente que participa… eso habría que verlo). Eso sí, lo que más les preocupa es que su árbol sea el más alto, y para eso organizan toda una operación de búsqueda hasta que lo encuentran.
Al Rockefeller Center llegan cientos de propuestas de todo Estados Unidos, ofreciéndoles el árbol perfecto. Además, el jefe de jardinería sobrevuela los bosques de Connecticut, Nueva Jersey, Ohio, Vermont y hasta de Canadá si es preciso hasta que encuentra el árbol ideal, siempre con más de 50 años de vida y más de 20 metros de altura. Hace unos años, concretamente, 22 metros y 55 centímetros (o lo que es lo mismo, 74 pies, que dicho así parece más que veintipocos metros, ¿o no?). ¿Y dónde lo encontraron? Pues en Mifflinville, Pensilvania, en la finca de la familia Keller, que estuvo encantadísima de haber contribuido de esta manera a poner a su pueblo en el mapa (de no ser por esto, ¿alguien conocería Mifflinville?).
Una vez elegido el árbol, comienza la delicada operación que culminará con el encendido, el primer miércoles después de Acción de Gracias (que es el tercer jueves de noviembre; este tipo de juegos a los americanos les encantan). Para que todo esté a punto para ese momento el árbol llega unos 20 días antes a Manhattan. ¿Queréis ver cómo fue el viaje desde el ya famoso pueblo de Mifflinville hasta el mismísimo corazón de la Gran Manzana? Pues aquí va el relato en imágenes.
El traslado de un árbol de más de 8 pisos de altura es una operación costosa y delicada, y si tenemos en cuenta que lo han convertido en todo un ritual, nos podemos imaginar la expectación que hay alrededor. Los medios de comunicación siguen el traslado paso a paso, hasta que el árbol queda instalado en su sitio. Y entonces… comienza la siguiente fase del proceso: la decoración. Y para eso lo primero que hay que hacer es construir un enorme andamio alrededor de nuestro árbol.
No es para menos: 50.000 luces (desde hace unos años, led de bajo consumo), ocho kilómetros de cable y una enorme estrella de cristal Swarovski coronándolo todo (enorme de verdad, de tres metros de diámetro y 250 kilos de peso). El resultado es… ¡¡¡ESPECTACULAR!!! Así que cada año se congregan allí cientos de miles de personas para el momento del encendido (aunque sólo lo pueden ver directamente unos pocos, que llevan allí horas y horas muertos de frío, porque la plaza es más bien pequeña).
Un momentazo, para que nos vamos a engañar. Si estáis por allí, no os lo perdáis. Y si pensáis pasaros por Nueva York antes del 7 de enero, pues lo mismo. Como diría la canción, “It’s Chritsmas time in the city”, y para escucharla, ¿quién mejor que Bing Crosby? Pues pinchad aquí y disfrutad.
De momento, si queréis conocer la HISTORIA DE LAS TRADICIONES DE LA NAVIDAD, tenemos preparadas dos actividades diferentes:
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