O sea, son rosas, que es lo que dijo Santa Isabel de Portugal, nacida en la Aljafería de Zaragoza, cuando su marido la pilló “in fraganti”, vamos, con las manos en la masa, en la escalera de palacio. ¿Qué hacía? ¿Os estáis muriendo de ganas de saberlo, ¿eh? Pues tendréis que esperar, porque antes vamos al principio de la cuestión.
Corre el año 1271, o sea, antesdeayer. Carreras en la Aljafería, agobios, que si pon el agua a hervir, que si trae paños… la reina Constanza está de parto, y todo son nervios… ¿Qué ha sido, qué ha sido? Una niña. Uyyyyyyyyy, qué rica que es, mira qué mona… ¿Y cómo la llamamos? Pues chica, Isabel, que es nombre de reina de toda la vida.
La chica creció, claro, y hubo que buscarle marido, y un buen partido, claro, y con once añicos se casó con el rey de Portugal. Ya se lo cantaban de pequeña: “andares de reina…”. Y tanto se lo cantaban que se lo creyó, y reina fue. De Portugal, para más señas. Eso sí, feliz, feliz… no tanto. Su marido no era lo que se dice una balsa de aceite, y se pasó la vida de follón en follón, con el marido, entre el marido y los hijos… chico, un sinvivir, que para esto más le valía haberse metido monja, vamos, digo yo.
La cuestión es que la mujer se entregó a sus caridades: que si a fundar un convento, que si a hacer donaciones a un hospital… y claro, los pobres encantaos con una reina tan rumbosa, y el rey hartico de tanto gasto. El caso es que un día, estando en su castillo de Estremoz, la reina bajaba por la escalera y llevaba unas monedas en la falda para repartir a los mendigos y tullidos que estaban en la puerta, pero en esto… que se cruzó con el rey, que ya andaba con la mosca detrás de la oreja. “¿Qué llevas ahí?”, dijo. “Sao rosas”, le contestó la otra. “¿Rosas? A verlas”. Y ya os podéis imaginar lo que pasó, ¿no? Mirad este cuadro de Zurbarán y veréis qué cara de sota y de chula puso cuando se las enseñó, como diciendo “Toma rosas”.
El caso es, que al final la mujer se murió, de algún sofocón de aquellos, y la enterraron en Coimbra, que es donde sigue. Pero claro, como la hicieron santa (se había ganado el cielo, no me lo neguéis) la Diputación del Reino de Aragón la hizo su patrona, y le dedicó una estupenda iglesia.
Ya sabéis, si queréis conocer ésta y otras muchas cosas sobre esta maravillosa ciudad no os podéis perder el viaje que hemos preparado del 7 al 14 de junio, coincidiendo con la verbena de Santo Antonio. Si queréis más información entrad aquí, y para reservar llamadnos al 976207363. Y para que os vayáis animando, aquí os dejo unos cuantos posts de nuestro blog dedicados a Lisboa:
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