VITORIA, la sede de las principales instituciones del gobierno vasco, es una ciudad no muy grande, de unos 250.000 habitantes. Enclavada en un cruce de caminos desde la antigüedad, ha sido a lo largo de la historia un importante punto estratégico. Ya desde tiempos romanos, en los que la calzada que unía Astorga y Burdeos pasaba por Álava, estas tierras no han dejado de ser un eje de comunicaciones entre la Meseta y Francia.
